Capítulo 101. Error fatal.
Los días que siguieron se convirtieron en un auténtico tormento para Francesco, cada jornada era un calvario en el que Giovanni se mostraba implacable, decidido a entrometerse en cada detalle de la empresa.
Para Francesco, esto era insoportable; no solo no deseaba su intervención, sino que la aborrecía profundamente.
La desconfianza que sentía hacia Giovanni era un muro inquebrantable, una barrera que se había erigido con el tiempo y que sabía, con absoluta certeza, jamás desaparecería.
La intromisión constante de Giovanni en los asuntos de la compañía no solo le resultaba exasperante, sino que también representaba una amenaza latente para la estabilidad y el futuro del negocio.
Cada decisión que Giovanni intentaba influenciar, cada informe que exigía revisar, cada reunión a la que se colaba, confirmaba los peores temores de Francesco, afianzando su convicción de que la presencia de Giovanni era un lastre, una fuerza corrosiva que lentamente, pero con determinación, amenazaba con desm