Samantha se retiró corriendo y Martina permaneció a mi lado observándome en silencio.
―No sé qué pasó, pero le pido que la disculpe, por favor. Es en muchas cosas igual a su padre― Y giró su rostro en dirección a Samantha que casa vez se hacía más pequeña con la distancia.
―¿A su padre?
―Olvídelo, regresemos a la casa. Le prepararé su desayuno.
Martina se retiró apresurada sin responderme. Ella siempre había sido así, reservada, callada; y de su pasado no solía hablar casi nada. Pero ¿qué tenía que ver Samantha con ella? y ¿quién es su padre?
Caminé apresurado para alcanzar a Samantha, quería disculparme, pero el sonido de un auto me hizo detener el paso al llegar a la entrada de la granja. Observé el auto amarillo con las letras “taxi” estacionarse.
Se abrió la puerta de atrás y era Alicia. No podía ser cierto.
Me quedé de pie observando cómo el chofer bajaba su equipaje. Permanecí de pie distante y molesto por no avisarme. Me acerqué a pasos fuertes, pero intentando mantener la sere