Deseo.
Alexander.
Me había levantado muy temprano, necesitaba ejercitarme, además hoy era la celebración con los chicos que habían pasado las pruebas para ingresar a las fuerzas de la manada.
Estuve toda la mañana por fuera, cuando volví a casa, eran cerca de las cuatro de la tarde, pero al ingresar no sentí a Daría, por lo que supuse que no estaba en casa.
—¿En dónde has estado?—preguntó mi padre.
—Estaba entrenando—le dije.
—¿Por qué no reclamaste a Daría?—preguntó.
Desvié la mirada, pues sabía que lo que me esperaba era un buen sermón.
—Veo que Ares no pretende aceptarla, los dos son unos estúpidos, Daría es mucho más de lo que merecen, no son dignos de ella —dijo antes de encaminarse al despacho.
Sus palabras me dejaron helado, al parecer hay algo que yo no sé.
—Olvida lo que dijo, debes alistarte para ir a la reunión con nuestros nuevos guerreros —dijo Ares.
Sabía la posición de Ares, así que no hablaría sobre el tema con él.
Así que subí a mi habitación, después de tomar una larga duc