Alejandro se había separado de su esposa, ella había vuelto a la casa de sus padres, pero eran muchas las veces que, al volver a su hogar, Mónica lo estaba esperando dentro de su casa.
Ese día no era la excepción.
- ¿Qué hacés acá?
Le preguntó él.
-Te esperaba, es fin de semana y saliste ¿Estuviste con ella?
- ¿Con ella?
Preguntó con desenfado, mientras se quitaba el abrigo y se dirigía hacia la cocina, se iba a preparar algo rápido para cenar o calentar algo que la señora de la limpieza le había dejado.
- ¡Sabés a quién me refiero!
Mónica comenzó a gritar y a sacudir una silla de la cocina.
-Tuve una emergencia en la guardia, un paciente que sufre ataques de ira y el psiquiatra no estaba disponible.
- ¡Fuiste a ver a Violeta!
-Nosotros estamos separados y no, no la fui a ver.
- ¡Me engañás con ella!
Mónica agarró el brazo de Alejandro y cuando el quiso zafarse, ella le desgarró la manga de su camisa.
-Estás descontrolada.
- ¡No! ¡Sos vos!
-Rompiste mi camisa, tratá de controlar tus c