Donatello observaba con satisfacción apenas disimulada el caos que reinaba en la oficina de Dante. Su sonrisa se ensanchó al escuchar otro objeto estrellarse contra la pared.
— Parece que mi querido hermano está teniendo un mal día —comentó con falsa preocupación, volviéndose hacia Vanessa— tal vez deberíamos ir a ver si necesita ayuda.
Vanessa lo miró con una mezcla de incredulidad y algo de reproche.
— Donatello, no creo que sea el momento para...
Sus palabras fueron interrumpidas por la llegada repentina de Alice, la prometida de Dante. La mujer miró a su alrededor con evidente confusión, sus ojos se detuvieron en la puerta cerrada de la oficina de Dante.
— ¿Qué está pasando aquí? —preguntó— ¿Por qué se escuchan ruidos extraños desde la oficina de Dante?
Donatello se adelantó antes de que Vanessa pudiera responder.
— Oh, no es nada de qué preocuparse, querida Alice —dijo con una sonrisa encantadora— Dante simplemente está... reacomodando su oficina. Ya sabes cómo es, siempre buscan