Capítulo 93
Venganza cobrada
Gabriela
Tenía el cuerpo cubierto con la única cobija en la cama chirriante en la que… Fui encerrada en un sucio cuarto en alguna parte de Bogotá, desnudada por lo… No sé qué más duele. Sí, la mentira e infidelidad de Samuel. Mi irracional celos cuando salí sin pensar en las consecuencias, el único deseo era encarar a Samuel, quien fornicaba en su apartamento.
Las fotos no fueron mentiras; al llegar al edificio vi a la misma mujer de las fotos saliendo, luego se puso todo oscuro; me puse en bandeja para mis secuestradores. El cuerpo comenzó a temblarme de nuevo cuando escuché la voz de José Peralta. Imágenes de su ultraje invadieron de nuevo mi mente para llenarme de miedo otra vez, volvía a sentir esas ganas de vomitar. Otra vez no, otra vez no.
—¡Despertaste! —parecía un psicópata—. ¡Deja de llorar! No eres la gran cosa en la cama, por eso tu novio te fue infiel, el pobre debe satisfacerse con otras. Eres demasiado gorda para mis estándares.
No quería ll