Rubí
Los avances eran una evidencia, pero nada que reaccionaba. Hacía unos minutos, Eros lo examinó, ya quería ver esos ojos negros y que su dominio volviera. Me llamaron por altavoz.
—Se solicita en pediatría a la enfermera Rubí Leal.
¿Le habrá pasado algo a Perla? Le di un beso a Emmanuel en la frente y salí. Esta mañana Manuel vino con su abuela para cuidar a Perla mientras asistía a la universidad. En tres días era la audiencia para que dictaminaran que a Ana María le falta todo el arsenal de tornillos en la cabeza.
Por eso deseamos adoptar a la niña, a pesar de tener una madre loca. La niña era ternura en pasta, nos habíamos apegado bastante, y Manuel… ese pequeñín también me apreciaba, al igual que yo. Al llegar al pabellón pediátrico, Patricia suplicaba que no se llevaran a la bebé, quien estaba muy apegada a nosotros y no podían separarlo de su hermano.
—Lo siento, hasta que en un juzgado no intervenga, la hija le pertenece a mi clienta.
—Pero ella se encuentra detenida. —Inte