Capítulo 177
Vida de pareja
Alexey
Llegué al apartamento y mi preciosa mujer no había llegado. Hace un rato me escribió que de la clínica pasaría por la casa de Fernanda. Imagino que no demora en llegar. Por nuestro lado, la relación pintaba cada vez más sólida. Era como si ambos hubiésemos nacido para el otro.
Y a pesar de que por momentos la frustración me envolvía el entrenamiento, ella me lo disipaba. Algo dentro de mí había cambiado. No niego que por días deseaba subirme a partirle la cara a alguien en un cuadrilátero, pero ya no era tan desesperante. Además, durante la semana se esmeró por pagar deuda y eso me tenía relajado.
No imaginé que esa preciosa me llenara tanto en el tema sexual. Somos insaciables. Ingresé a la cocina para prepararle la cena. No era mucho lo que sabía en el tema. Pero una carne con puré lo hacía cualquiera. Me quité el saco, doblé las mangas de la camisa blanca y me puse manos a la obra.
La situación, por un lado, se suaviza y, por el otro, se agrava.