Emmanuel
Esta semana inició y no dejaba de sonreír al saber que el viernes viajaba con Rubí a Coveñas, espero no me deje velando de nuevo como en el Eje Cafetero. En todo caso habían sido increíbles las semanas cortejándola. Vaya pequeña para que sea tan determinada, y en el fondo eso me gustaba. Demasiado diría yo.
Bajé a entrenar un poco, Alexey, cuando no dormía con mi hermana práctica. Al llegar vi a Samuel practicando con él. Sin decirnos nada, nos pusimos a hacer nuestras rutinas de ejercicios. Dos horas después bebíamos agua, sentados en el piso, recostados en la pared, cada uno en un lado diferente.
—¿Vas a trabajar?
—Sí. Luego voy al sanatorio. Desde la oficina de mamá veo la habitación de Gaby. Sigue sin querer verme.
—Al menos ya sale de la habitación, al balcón, esos son los pequeños avances para su situación.
—Sí. Debo aguantar. Al menos Mapa ingresa con su celular y le escuchó la voz. Otras veces me manda videos. Ha dejado de sonreír, pero ya sale al balcón. Como dice el