En el bosque profundo, la oscuridad reinaba sobre todos los rincones. La espesura y la maleza hacían sentir el ambiente sofocante. Las almas no se atrevían a adentrarse en el lugar por miedo a perderse en la espesura y que la muerte los encontrara sin tener escapatoria.
Allí, en un pequeño claro en el centro mismo del tenebroso paraje, una figura femenina se movía de manera felina por el lugar. La espera era agobiante y el ambiente asfixiante se intensificaba a cada segundo. Mientras la mujer estaba sumida en sus pensamientos, un sonido crujiente la puso en alerta, no había temor en ella, solo expectación y ansiedad por ese encuentro que estaba pronto a suceder.
_ Es bueno verte Casandra _ una gruesa voz de ultratumba se escucho en la noche silenciosa.
Ella se dio vuelta, una gran sonrisa se dibujo en sus labios y cual colegiala enamoradiza corrió al encuentro del hombre que la esperaba con los brazos abiertos, pero con el ceño fruncido. Parecía que su ánimo oscilaba entre la felicida