Capítulo 32

Ramsés e Ícaro habían llegado a la casa de la manada con gran rapidez, pero al ingresar al lugar se encontraron con una escena un tanto confusa. Vera lloraba de manera desconsolada mientras que Hatice y Alexa la observaban con desprecio.

Los dos fuertes hombres se acercaron, pero cada uno tomó una dirección opuesta, ya que Ícaro se encaminó directo hacia su mate, y Ramsés, por el contrario, caminó hasta llegar junto a una desconsolada Vera, que solo gimoteaba sobre el frío suelo.

_ ¿Qué ha ocurrido? _ preguntó a la mujer, ayudándola a levantarse y acariciando dulcemente su larga cabellera.

_ Es una fortuna que Isis no se encuentre, aunque estoy preocupada por ella, espero que no la vuelvas a ver nunca _ Hatice escupió con furia observando a su primo con desprecio.

Ramsés entrecerró los ojos y la observó con algo de asombro, pero desvió la mirada de la rubia enfurecida y la posó nuevamente en la mujer que aparentaba ser frágil y se abrazaba al hombre con fuerza.

_ Ramsés…ellas me agred
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