Narra Kendall
Mientras caminaba por el pasillo, saqué mi celular. Primero terminaré el proyecto en Alcanzas… luego cancelaré la boda.
Marqué para pedir otro auto, pero todos estaban ocupados. Maldije en mi interior. En ese momento deseaba lanzar a Ethan desde un puente. Respiré hondo y llamé a Tatiana.
—¿Te falta mucho? —pregunté en cuanto escuché su voz.
—Un poco. Duraré alrededor de una hora. Por favor, Kendall, no salgas —rogó ella.
—Está bien —respondí antes de colgar sin decir más.
Entonces lo sentí. La presencia de Ethan detrás de mí. Limpié mis lágrimas con rapidez y traté de que no notara lo rota que me sentía.
—Puedo llevarte, si lo deseas —dijo con voz suave.
—¿Qué parte de “vete al diablo” no entendiste? —respondí sin mirarlo.
Hubo un silencio, luego su voz volvió, más tranquila, pero cargada de peso.
—Lamento todo esto… Por favor, dame una oportunidad. La última. Si no logro hacerte feliz, me iré. No volverás a saber de mí. Te lo prometo.
Quiero creerle