LXI. Una mujer despechada y herida
- Toma un poco de agua y cálmate- le digo pasándole una de las servilletas de papel y ella se sirve un poco de agua y se lo toma con manos temblorosas.
- Lo siento, que vergüenza que hayas tenido que presenciar algo tan desagradable- me dice limpiándose las grandes lágrimas que caen de sus ojos y trata de reprimir.
Hoy, como siempre, está impecablemente vestida y estoy más que seguro de la calidad de su maquillaje, porque no se ha movido ni un poco del lugar.
- No pasa nada, en realidad, era bastante injusto que tres personas se enfrentaran a una sola- le digo y tomo de mi copa de vino blanco, voy caminando hasta el hospital, así que no hay problemas con tomar un poco.
A través de su relato me entero del meollo del asunto y es que resulta que todas estudian en la misma universidad.
Sofía está estudiando administración de empresas en la universidad, para apoyar en el negocio de su familia de moda y cosméticos, pero a la vez estudia química y perfumería con un famoso experto.
Todas esta