Mundo ficciónIniciar sesiónEl aire en la habitación del hospital seguía cargado con la audaz declaración de Guillermo. La idea de exponer su tragedia familiar al escrutinio del mundo era aterradora, una violación a la intimidad que les quedaba. Pero en los ojos de su hermano, Emilio no vio locura, sino una determinación helada, la de un hombre dispuesto a quemar su propio barco con tal de encontrar un faro en la oscuridad.
Guillermo no esperó. Sacó su laptop, la abrió sobre la mesita auxiliar y, con una eficiencia que Emilio nunca le había visto, buscó el contacto de la mesa de redacción internacional del "New York Times". Redactó un correo electrónico breve, directo y devastador. No suplicó. Expuso los hechos con una frialdad calculada: la identidad de su madre, el imperio que representaba, la brutalidad del ataque y su estado actual. En el asunto, simplemente escribió: "La heredera silenciosa". Le dio al botón de enviar antes de que el miedo pu







