—Ya no te burles, ¿sí? —respondí algo avergonzado—. Sí, intenté matarlo, pero no tengo ni la fuerza ni las habilidades para lograrlo. Por eso no me quedó otra que usar trucos bajos.
—¿Y cuáles fueron? —respondió Carla encogiéndose de hombros—. Trampa o no, lo importante es que saliste vivo. Sobrevivir es lo que cuenta, no la manera que utilizaste.
El día de ayer en horas de la noche, pensaba igual que ella. Pero ahora… ahora ya no estoy tan convencido.
Me gustaría ser verdaderamente fuerte. No solo tener recursos sucios o golpes de suerte, sino poder enfrentar a un tipo como Lucian de frente y vencerlo. Ser alguien como Jorath, o incluso un tipo más fuerte.
O, si no puedo ser así en apariencia, al menos tener el poder y la influencia suficiente de alguien como Mikel. Un hombre que ni siquiera necesitaba pelear porque tenía un ejército dispuesto a hacer el trabajo sucio por él.
En el fondo, todo se resumía en lo mismo: necesitaba hacerme fuerte.
Anoche sobreviví por un golpe de suerte.