Amanda llevaba mucho tiempo acumulando resentimiento contra Catalina.
La agarró del cabello y le dio varios golpes con el puño. Catalina, con su pierna herida, no tenía fuerza para resistirse, y solo podía gritar de dolor.
Poco después, la puerta de la habitación se abrió. Amanda se sacudió la bata con tranquilidad y salió como si nada hubiera pasado.
Catalina, acurrucada en la esquina, tenía el rostro hinchado, la nariz sangrando y el cabello completamente desordenado.
Con las manos temblorosas, cogió su teléfono y marcó el número de Jorge.
—Hermano, Amanda me ha golpeado… ¡ella… ella me lastimó!
Estaba llorando y quejándose, pero, de repente, Amanda, que iba caminando delante, se giró y caminó hacia ella y le dio una patada en el estómago. Catalina del golpe soltó el celular que cayó al suelo y no pudo continuar hablando.
Media hora después, Jorge llegó al hospital. Ya había visto el video de las cámaras de la habitación en el auto y sabía que esta vez Catalina no había provocado a