45: Para separarlos.
—Necesito que me ayudes a preparar un video, yo te daré los detalles por correo, mantente al pendiente que eso debe estar hecho para hoy antes de las cuatro de la tarde, el precio no importa, pero debe de estar bien hecho, ¿Te queda claro? — dijo con sentido de urgencia.
Una vez que le confirmaron, colgó la llamada. Debía de hablar con su tía para planear bien lo que se le había ocurrido.
Aquella mañana era diferente en el castillo de Balmoral, el ruido de la servidumbre, era más fuerte de lo normal, y aquella rubia despertaba lentamente, quizás, demasiado. Emma sentía los ojos pesados, ¿Había llorado?, no, sus ojos estaban secos, pero su labio inferior le dolía, y una vez que estuvo completamente despierta, los recuerdos de la noche anterior la golpearon con crudeza. Casi de un brinco, se incorporó en la cama que no reconoció como la que había estado ocupando en el último mes. Mirando su entorno, notó que aquella no era su habitación habitual; esta era mucho más espaciosa, de blancas