40: Sosteniendo una mentira.
—Solo fue una coincidencia. — afirmó.
Andrew entendió que aquella mujer no iba a hablar más.
—Una coincidencia bastante acertada, diría yo. Bien, dado que usted ha admitido ser la responsable del incidente, no queda nada más que hacer. Esta despedida. — dijo.
Sandra se echó a llorar. — No puede hacerme eso, usted no es el señor de este castillo, solo el señor Daniel puede, además, esa mujer se lo merece por tratar tan mal a la pobre señora Lancaster, es injusto que me despida. — dijo sollozando.
—Lo dijiste al entrar aquí, soy el mayordomo real de su majestad, y como tal, tengo la autoridad de despedir al personal de los castillos del reino que muestren poca eficiencia o actúen de manera inapropiada como lo has hecho, además, de que te permites la libertad de insultar deliberadamente a la señora Borbón llegando a insultarla con severidad cuando ella es la prometida de tu señor y un huésped de este castillo, tal insubordinación no será más tolerada. — dijo Andrew con severidad.
—No por