79. Está conversación no tiene sentido
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Nate giró el rostro hacia ella, aún impactado.
—Leonardo… —repitió nuevamente, como si saboreara el nombre por primera vez. Luego la miró fijo, con el ceño fruncido, los ojos brillantes y la respiración agitada—. ¿Dónde estabas estos cinco años?
—No quiero hablar de eso —murmuró Jazmín, mirando al frente, con los labios apretados.
—¡¿Dónde estabas, Jazmín?! —insistió, su voz quebrada entre la furia y el dolor—. ¡¿Sabes cuantas veces te busqué?! ¿y tú solo te ocultaste?
Ella apretó las manos en su regazo, incapaz de responder.
—¡Respóndeme! —gritó, golpeando el volante con rabia contenida.
—¡Llévame a casa! —exclamó ella, girando hacia él con desesperación—. Esta conversación no tiene sentido, tú sabes lo que hiciste cuando estaba embarazada —le acusa— te esperé. ¿sabes? Y nunca llegaste.
Nate soltó una risa amarga, sin humor, volviendo a mirarla como si no pudiera creer lo que acababa de oír.
—¿No tiene sentido? —repitió con una voz grave, dolida, contenida—. ¿Qué me hayas ocultado