Capítulo 18

Desde que había salido del hospital, Jazmín había evitado hablar del tema. Cada vez que Elías se lo mencionaba con cautela —con la mirada suave y la voz aún más baja— ella simplemente asentía, fingía estar cansada o cambiaba de tema. Pero después de ver con sus propios ojos su falso funeral, algo en su interior cambió. Fue como si por fin entendiera que había muerto… al menos, la Jazmín de antes.

Y si ella había tenido un entierro simbólico, su hijo merecía uno real.

—Quiero cremarlo —dijo una mañana, mientras tomaban té en la terraza de la mansión Ravencroft.

Elías levantó la vista desde su taza. Rose la observó en silencio, con ternura y orgullo en la mirada. No dijo nada. Solo esperó a que Jazmín continuara.

—No quiero que lo dejen ahí… en la morgue. No se lo merece. Tenía seis meses… estaba bien formado… —su voz tembló, pero no se rompió—. Ya era alguien. Ya sentía.

Elías solo asintió, con respeto.

—¿Quieres que me encargue?

—No —respondió con firmeza—. Quiero hacerlo