82. Hija bastarda
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A la mañana siguiente, Elian se preparaba para ir a ver a Saphira. Hubiera querido enfrentarla ayer para buscar una manera de silenciarla, pero la noche anterior la pasó desvelado respondiendo correos y llamadas de numerosos clientes que no llegaron a firmar los contratos que tenían pendientes.
Salió de su habitación con prisa y bajó a toda velocidad. Debía asegurarse de que nadie lo siguiera para que todo saliera sin problemas.
—Papá.
Al oír la voz de Alin, sintió que algo se le removía por dentro. Se volvió hacia ella con una mirada cargada de furia.
—¡A tu habitación! —le espetó con ira—. ¿Qué te dije? ¡No debes salir de ahí, estás castigada!
—Pero papá... —la niña rompió a llorar.
—¿Ahora sí quieres llorar? ¡Por tu culpa y por la de tu maldita madre todo se me está yendo al traste! —la agarró de los hombros, descargando toda su rabia en ella—. ¿Estás contenta ahora, mocosa? ¡Te dije que te quedaras quieta y mira lo que hiciste!
—¡Pero ella quería hacerle daño a mi mamá!
Elian