Capítulo 23
De lo que en su momento fue mi habitación no quedaba nada. Una inocente yo, creyó que en todo este tiempo habían dejado mis cosas en su sitio como fe de que había existido en sus vidas, en lugar de eso me encontré con una cama individual y nada de decoración a su alrededor.
Había sido borrada de aquel lugar, eliminada con todo y mis cosas de la que fue mi casa.
—Mamá lo quemó todo cuando te fuiste —escuché que me decía Juan a mis espaldas—. Solo logré guardar esto. Lo olvidaste cuando te fuiste.
Me di la vuelta y sentí como mi pecho se hinchaba de nostalgia. En sus manos estaba mi primer cuaderno de diseños. En aquel tiempo nunca me separaba del.
—Mamá —me llamó Toni—, desde aquí puedo ver el mar. Ven para que veas.
Miré a mi hijo antes de tomar el cuaderno.
—Sí, mi niño, lo sé. Mañana iremos a verlo.
—¡Lo juras!
—Tobi —le habló mi hermano—, ¿por qué no vamos a ver qué hace la abuela?
—Esa señora no me cae bien.
—Ven, yo te protegeré de sus garras. Ya verás que de cerca