El entrenamiento de Jena comenzó, no solo debía controlar y educar a su loba, también tenía que desarrollar su oído, su visión, su rapidez, sus reflejos y su fuerza. Todo era un descontrol en su cuerpo.
Su loba saltaba liberándose cuando deseaba y dormía cuando se agotaba, los ruidos a su alrededor eran a veces demasiados y otras veces normales. Los olores muchas veces le causaron náuseas.
Su apetito aumento necesitando comer tres veces la misma porción, siempre estaba sedienta, nunca se mantenía quiera.
Viajaron a la ciudad para revisar el crecimiento de su cachorro, y comprobar que todo estuviera bien y lo estaba, compraron ropita y juguetes. Una cuna y un silla mecedora para que Jena lo amamantara mientras lo arrullaba.
Conan le enseño a pelear para controlar sus fuerzas, desarrollo sus reflejos y agudizo toso sus sentidos, todo fue tan rápido y satisfactorio como si en realidad Jena hubiera nacido de esa manada.
Definitivamente jena tenía un extraordinario.
Pasaba demasiado tiem