Eloísa caminaba empujando su moto por la fría carretera vacía de la madrugada, Lucía empujaba desde atrás y ambas caminaban bajo el más pesado silencio, cada una en bajo sus propios pensamientos hasta que decidieron descansar en una esquina.
El alcohol a Eloísa ya se le había bajado un poco de la cabeza, pero aún seguía un poco mareada y se creía in capaz de manejar.
Cuando ambas salieron del baño Harrison había desaparecido, y su hermano les insistió en llevarlas a casa, pero Lucía se negó rotundamente y ambas terminaron arrastrando la moto mientras se les bajaba un poco la borrachera.
—¿Qué pasó con Gabriel? —le preguntó Eloísa mientras estaban sentadas en la acera y Lucía ladeó la cabeza —te negaste a que nos acompañara de manera muy rotunda.
—Es que nos besamos —le dijo y Eloísa la miró, si no fuera por que aun estaba conmocionada por lo que había pasado le hubiera dado un gran abrazo, pero al ver el rostro ausente de la muchacha borró la sonrisa —¿Tan mal fue? —ella negó.
—Estuvo