Linsy, sonrió aquella tarde cuando vio a Linda en el umbral de su puerta. Hace tanto tiempo que no veía a su mejor amiga que se sintió feliz. Sin embargo, la sonrisa se esfumó de su rostro al ver el semblante abatido de la joven.
—¡Hey nena! ¿Por qué esa carita? —Linsy se acercó a su amiga y la abrazo.
—Como extrañaba esto... —Susurró Linda, mientras correspondía al abrazo de su amiga. —¿Tienes tiempo? Necesito un consejo de manera urgente.
—Por supuesto, ven —la invita a pasar, cuando a su amiga hasta la sala, donde ambas mujeres se acomodaron en el sillón. —¿Qué es lo que te tiene tan preocupada? —Indagó Linsy.
—Sabes que estoy viviendo en la casa de mi abuela con los tres hermanos Miller, ¿verdad? —Linsy asintió con la cabeza reiteradas veces. —Ellos sacrificaron todo su mundo por mí, renunciaron a su familia, a su dinero, a absolutamente todo...
—Eso me parece demasiado romántico, significa que te aman por sobre todo y que tú eres demasiado goloza para tener 3 bombines para ti so