Todo para Linda transcurrió demasiado deprisa, en un momento estaba junto a Jorge acurrucada en el sillón y al siguiente corriendo tras los paramédicos que se llevaban a su abuela. Todo acontecía tan rápido que no estaba siendo capaz de asimilarlo y Jorge estaba ahí, a su lado, tratando de mantenerla anclada a la cruel realidad. Todo se volvía tan difuso para la joven, para ella el tiempo transcurrió en fracciones de segundos... En un momento se veía entrando en la ambulancia y al siguiente en la sala de emergencias de una clínica particular.
Jorge, la sostenía de los hombros con la firmeza suficiente para hacerle ver que estaba a su lado y quería agradecer por el gesto, pero en ese momento no era capaz de articular palabra. Estaba a punto de derrumbarse completamente y no se creía lo suficientemente fuerte como para resistir de pie.
Linda observaba con la mirada perdida cómo las enfermeras se llevaban la camilla donde yacía inerte su amada abuela. El silencio abrumador de la habitaci