Lucian
Las sombras se estrechan a nuestro alrededor, sus formas fluidas transformándose y adaptándose como si estuvieran vivas. Cada movimiento es una danza macabra, una coreografía de terror. Siento el calor del miedo propagándose a través de mis venas, pero un fuego interior arde más fuerte. Me niego a dejarme engullir por esta noche sin fin.
Debemos resistir, digo, mi voz temblorosa pero firme. Estas criaturas no son más que el reflejo de nuestra propia duda. Las venceremos si permanecemos unidos.
Morgane, los ojos brillantes de determinación, asiente, apretando su puño. Dorian, a mi lado, frunce el ceño y aprieta su espada, su mirada orgullosa a pesar de la angustia palpable. El aire a nuestro alrededor parece vibrar cada vez más fuerte, la presión aumentando como una tormenta lista para estallar.
Las criaturas avanzan, sus pasos silenciosos sobre el suelo devastado, pero sus ojos... esos ojos rojos. Brillan en la noche, devorando toda luz y sumiéndonos en una oscuridad aún más ne