Sasha
El cielo era de un gris plomizo, la tensión palpable en el aire como un presagio funesto. Habíamos dejado la aparente seguridad de nuestro refugio para aventurarnos en un territorio desconocido, guiados únicamente por las palabras crípticas de los Guardianes. La fuente. Allí, decían, era donde todo había comenzado. Donde se había abierto la primera brecha, donde la guerra entre las fuerzas antiguas había echado raíces. Y hoy, era nuestro turno de regresar a este campo de batalla olvidado.
Las ruinas de lo que parecía haber sido una ciudad próspera se dibujaban ante nosotros, sus muros derrumbados y sus estructuras en ruinas atestiguando el paso del tiempo. Cada paso parecía resonar con un eco de recuerdos lejanos, como si las piedras mismas llevaran la memoria de lo que se había perdido. El viento soplaba por las calles devastadas, ahuyentando el polvo y los escombros, como una advertencia de lo que nos esperaba.
¿Estás segura de que debemos ir allí? La voz de Adrian, cargada de