Sasha
El silencio que siguió a la aparición de la criatura fue ensordecedor. Cada respiración parecía pesada, casi contra natura, mientras la sombra crecía frente a nosotros, sus ojos inyectados de sangre fijos en nosotros con una mirada penetrante. La tierra misma temblaba bajo nuestros pies, como si el suelo respondiera a la presencia de esta entidad. Adrian estaba a mi lado, listo para actuar, pero la incertidumbre se leía en sus ojos. Sabía, al igual que yo, que nos quedaba poco tiempo para tomar una decisión.
El Guardián que se había acercado, un hombre de apariencia frágil pero con una mirada decidida, observó la sombra con una gravedad silenciosa. No parecía tener miedo. Por el contrario, parecía ya entender la envergadura de la situación. Pero, ¿cuál era esa envergadura? ¿Por qué estábamos aquí? ¿Por qué era absolutamente necesario enfrentar a esta cosa, esta criatura de la noche, y a este Guardián enigmático?
Entonces, dije finalmente, mi voz elevándose a pesar de la inquietu