Sasha
Los días que siguieron a mi regreso fueron un torbellino de sentimientos contradictorios. La éxtasis de volver a ver a Adrian, el dolor de encontrarme en un cuerpo que parece traicionarme, y esa impresión persistente de no estar completamente aquí. Cada gesto, cada palabra intercambiada con él parece envuelta en una extraña neblina, como si una parte de mí permaneciera atrapada en el más allá, esperando reintegrarse por completo a este mundo.
A menudo lo observo, como una espectadora ajena de mi propia vida, estudiando sus rasgos, sus reacciones. Él está ahí, frente a mí, más real que nunca, y, sin embargo, no puedo ignorar esa distancia entre nosotros, esa diferencia. Algo ha cambiado. Algo en él, pero también en mí. No sé si es el tiempo, o lo que he atravesado durante estos meses de ausencia, pero soy diferente. Él también es diferente. La carga de la ausencia ha dejado cicatrices invisibles en ambos.
Sasha, murmura Adrian mirándome insistentemente. Su tono, esa dulzura que a