Sasha
La noche ha caído sin un ruido, como si el mundo mismo contuviera el aliento. La luna, pálida y distante, se oculta tras nubes pesadas, y el aire fresco de la tarde se eleva lentamente, rozando mi piel. Estoy en el balcón, observando la ciudad abajo, las luces lejanas dibujándose en la oscuridad. Hay algo extraño en este silencio, como si la naturaleza misma supiera que algo terrible se está preparando.
Adrian está dentro, en la sombra de la casa, perdido en sus pensamientos como lo está a menudo estos últimos días. Sé que oculta algo, pero se niega a hablar de ello. Esta carga que lleva se ha vuelto tan pesada como un peso invisible, una cosa que se esconde tras sus sonrisas y sus palabras tranquilizadoras. Pero en el fondo, lo veo. Y sé que lo carcome.
Tomo una profunda respiración y cierro los ojos. El aire es fresco, pero no me reconforta. Pienso en todo lo que hemos atravesado, en todas las promesas no cumplidas y en las batallas que hemos tenido que librar para llegar a do