Sasha
No puedo ignorar la verdad por más tiempo. Lucien ha plantado una semilla de duda en mí, una semilla que germina lentamente en los rincones de mi mente. Sé que tiene razón, pero eso no cambia nada en la situación. No hay marcha atrás. Y la guerra ya está aquí, a nuestras puertas, lista para destruirlo todo a su paso.
Me aparto del balcón y entro en la casa, donde la sombra de Adrian me espera en la sala. Está allí, sentado en el sofá, con los codos apoyados en las rodillas, con aire pensativo. Sus ojos oscuros me miran en silencio. Sabe que algo no va bien. Siempre ha tenido esa capacidad de leerme como un libro abierto, incluso cuando intento ocultar mis pensamientos.
Sasha. Su voz es suave, pero hay una tensión palpable en el aire. Has hablado con Lucien.
No respondo de inmediato, cruzando los brazos, buscando mis palabras. La verdad es que no quiero decirle lo que he aprendido, pero sé que el secreto no podrá durar para siempre.
Sí, he hablado con Lucien. Mi voz es más fría d