Jill, se sentía demasiado nerviosa, le tocaba trabajar a solas con Alex y no sabía a qué atenerse con él. Bajó apresuradamente las escaleras del segundo piso y corrió hacia el comedor, pero para su sorpresa la mesa estaba puesta solo para ella. Desayunó completamente sola y de algún modo le incómodo, por que la sensación de soledad le hizo extrañar a Erick.
Una vez terminó con su desayuno, se encaminó a la oficina donde siempre trabajaban. Algo insegura dió un par de toques a la puerta, no entró hasta que del otro lado le respondieron.
—Adelante —la voz ronca de Alexis llegó a sus oídos y sintiendo que los nervios se la estaban devorando, entró la oficina.
—Buenos días... —Saludó Jill.
Alex no respondió, simplemente optó por ignorarla. Jill se sentó en el escritorio que Erick le había designado y comenzó a rellenar las planillas que habían quedado desde el día anterior. Estaba tan concentrada en su trabajo que todo lo demás perdió importancia. Necesitaba estar concentrada, no podía d