Capitulo 8

Alex la observó perplejo por un par de segundos, para luego levantarse bruscamente de la hamaca, sintiendo cómo su corazón se hundía en el fondo más alejado y oscuro de su pecho. La forma en que Jill lo encasilló en el grupo de "amigos" era como recibir una patada directa en las pelotas. Sabía que se conocían desde hace bastante poco, que él no fue el mejor en cuanto a hospitalidad y que siempre estuvo a la defensiva, aún así, que ella no le abriera la posibilidad a algo más era doloroso.

Con una sonrisa torcida que ocultaba su verdadero descontento decidió acotar algo en la plática. —Estoy bastante agotado, me voy a la cama... Por cierto, tu secreto está a salvo conmigo. —Le da la espalda. —Buenas noches, Jill.

Sin embargo, antes de que Alex pudiera alejarse del todo, sintió una mano que lo detenía. Jill le tomó de la muñeca con una suavidad casi dolorosa y él volteó rápidamente confundido. La mirada en sus ojos pardo era intensa y su corazón latía con fuerza mientras intentaba desc
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