Camino por la zona del desastre, el bosque quemado y carbonizado se extiende ante mí como un paisaje desolador. Pero siento un alivio abrumador al saber que no hubo ningún tipo de víctimas, que nadie de mi manada resultó herido. Eso es lo único que importa en este momento.

Mi mente está llena de preguntas y dudas, pero la principal es quién pudo haber hecho esto. La acusación hacia la familia de mi esposa me tiene preocupado, y sé que debo investigar a fondo para descubrir la verdad.

El olor a humo y ceniza llena el aire, y puedo ver los restos de las llamas que consumieron parte del bosque. La responsabilidad de no haber podido prevenir esto, de no haber podido proteger a mi manada, pesa sobre mis hombros.

Pero sé que no puedo dejar que la culpa me consuma. Debo encontrar al responsable y hacer justicia. Y estoy convencido de que el fuego fue iniciado por Dante, mi enemigo jurado, con el objetivo de dividirnos y debilitarnos.

Sigo caminando por el bosque, buscando cualquier pista que