17

CAPÍTULO 17**

Él agarra mi muñeca y me tira a su regazo. Me envuelve con sus brazos y mete mi cabeza bajo su barbilla. Frotándome la espalda, susurra :

—Lo siento mucho, cariño. Lo siento, de verdad.

Niego con la cabeza.

—Beck, no es tu culpa, no…

—Podría haber prevenido esto. Podría haber estado aquí y detenerlo antes de que llegara a ser tan malo como fue. Y por eso, lo siento. —Me besa la frente—. Ahora, abre.

Sostiene su tenedor frente a mi boca. Dudo y abro la boca, pero justo antes de que vaya a tomar el bocado del tenedor, ¡él lo mete en su boca !

—¡Eso fue muy cruel ! —grito. Él se ríe y pasa su pulgar por mi labio inferior.

—Perdón, me dio hambre —dice sonriendo.

—Eso está muy bien viniendo de ti —replico.

—Vamos, cariño, abre —dice riendo.

—No, no te confío ni un poquito —y empiezo a alimentarme sola. No me transformo en un animal y empiezo a devorar mi comida como esperaba. Como lo suficiente, y él me mira con una ceja levantada.

—¿Qué pasa ?

—Comiste como tres bocados, cariño.

Me siento incómoda.

—Eso es todo lo que mi estómago puede aguantar.

—¿Qué quieres decir ?

Suso.

—Eso es todo lo que me dieron, o lo único que pude comer durante dos meses y medio. Comer más duele.

Él me mira triste y baja la mirada. Pongo mi mano en su mejilla y lo obligo a mirarme.

—Oye, está bien, estoy bien, de verdad.

—¿Tres bocados más ? ¿Por mí ? —implora y yo asiento. Me da los tres bocados y me levanto a recoger los platos. Justo cuando termino de cargarlos en el lavavajillas, escucho una puerta cerrarse y un montón de pies y voces fuertes. Me pongo pálida y empiezo a entrar en pánico. Él está a mi lado en un instante, sujetando mi rostro con sus grandes manos.

—Shhhhhh, oye, princesa, está bien. Estoy aquí. Cariño, estás a salvo, está todo bien, los conozco —susurra mientras seis chicos corpulentos entran. Él se da vuelta, cruzando los brazos, y los fulmina con la mirada.

—¿Qué están haciendo aquí abajo ? Pensé que les dije que se quedaran arriba por el momento —sus ojos saltan de donde yo me escondo detrás de él al grupo de chicos frente a él.

—¿Cuál es el gran problema ? Relájate, hermano mayor… oh, m****a. No la vimos, Beck, lo siento. Acabamos de regresar de una carrera y teníamos hambre. Nos vamos —dice un rubio de ojos azules, asintiendo hacia las escaleras.

—Hunter, no dejes que pase de nuevo —gruñe Beck. Yo pongo mi mano sobre su espalda y él gira la cabeza para mirarme. Asiento.

—Está bien. Ellos pueden quedarse —susurro.

—¿Estás segura ? Si no estás lista, ellos pueden…

—Beck, en serio, está bien —murmuro.

—¡Chicos, vuelvan aquí ! La cena está en la estufa. No… no sean animales… Cristo —gruñe mientras los seis chicos se lanzan a la cocina. Me recoge antes de que me atropellen y me pone en un taburete del mostrador. La habitación está en silencio mientras los chicos destruyen su comida, parados alrededor de la cocina sin molestarse en sentarse.

—Cerdos. Todos ustedes —dice Beck entre risas, negando con la cabeza.

—Entonces, Beck, ¿nos vas a decir quién es esa lindura ? —pregunta Hunter, levantando las cejas. Beck gruñe y yo me río mientras todos los chicos se ríen.

—Chicos, ella es mi compañera, Alexia. Alexia, estos dos son mi beta, Will, lo conoces, y mi tercero, el hermano menor de Will, Justin —dice señalando a los dos chicos de cabello oscuro. Se nota el parecido, ambos tienen ojos azules como el hielo. Suspira—. Y estos son mis cuatro hermanitos. Hunter es el mejor amigo de Justin y tiene 21, Carter tiene 19, Damian tiene 17, y Ryan tiene 16 —gesticula hacia los cuatro chicos, copias sonrientes de él mismo.

—Hola —susurro tímidamente, escondiendo mi rostro en el brazo de Beck. Él se ríe y me besa la sien.

—Un placer conocerte, Alexia —dice Carter, haciéndome una falsa reverencia. Me río nuevamente.

—El placer es todo mío —respondo.

—Entonces, Alexia, cuéntanos, ¿cómo es ser la compañera de mi molesto, serio y aburrido hermano mayor ? —pregunta Ryan sonriendo.

—Cuídate, chico, todavía puedo patearte el trasero —dice Beck, mirándolo fijamente.

—Apostaría a que podría ganarte —responde Ryan burlón.

—¿Ah, sí ? ¿Qué apuestas ? —responde Beck con una sonrisa pícara.

—Si gano, podemos darle un beso en la mejilla a Alexia —dice, sonriendo de forma maliciosa.

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