CAPÍTULO 87
Me sonrojo y aparto la mirada. Me ha visto en mi momento más débil. En medio de una pesadilla, sin tener ni idea de lo que me pasaba ni de dónde estaba. Me siento avergonzada. Probablemente piensa que estoy loca.
—Oye, no, no te avergüences. Está bien, cariño. Solo quiero asegurarme de que estás bien. Me asusté, princesa, no despertabas. Odio verte sufrir y alterada —dice, levantándome la barbilla para que lo mire.
Asiento con la cabeza y vuelvo a mirar hacia abajo.
—Lo siento —susurro—. Simplemente se apoderan de mí. No tengo ningún control. No tengo idea de lo que me está pasando.
—No, no te disculpes, princesa. ¿Puedo preguntarte de qué trataba la pesadilla ? —murmura.
Dudo un momento y respiro hondo.
—Estaba de nuevo en las celdas —susurro.
Él suspira, me acerca más a él y besa la parte superior de mi cabeza.
—Oh, cariño, nunca jamás tendrás que volver allí. Yo debería haber estado contigo —dice en voz baja.
Guardo silencio. Después de un momento, baja la mirada hacia