ANNELISSE DE FILIPPI
Entramos al departamento de Silvano tomados de la mano, como si fuera lo más natural del mundo… y a la vez, sentía mariposas en cada rincón de mi cuerpo. Él abrió la puerta y me dejó pasar primero. El lugar estaba cálido, con una iluminación tenue y una música suave de fondo. Dejamos la maleta en el auto y subí con un pequeño bolso con lo justo y necesario para la noche, un pijama y ropa de cambio.
—Vamos pequeña, ve a cambiarte ropa, debemos dormir, mañana viajamos temprano
— Está bien.
Fui a la habitación de Silvano y me cambié ropa, en poco tiempo tenía mi pijama y me estaba desmaquillando, Silvano golpeó y entró.
— ¿Se puede?
— Sí amor, estoy terminando.
— Oh, bien, iré a ponerme pijama.
Silvano se metió al baño y salió usando una polera de algodón y un pantalón delgado para dormir.
Sus manos fueron a mi cintura y besó mi cuello.
— Te ves hermosa.
— Parezco cadáver Silvano, estoy sin maquillaje.
— Eres hermosa Anny, me encantas con maquillaje o sin él, ven vam