14. Nuevo horizonte
CRISTOPHER
—¿En qué momento fue, Ximena? ¿Cuándo intentaste hablar conmigo?
Detengo el auto al borde de la calle. Ni siquiera llegamos a la zona donde supuestamente íbamos a ver la casa. Necesito respuestas. Y las necesito ahora.
Ella suspira, como si no quisiera entrar en ese terreno. Mira por la ventana, evitando mis ojos, y eso solo me enciende más por dentro.
—Cristopher… —empieza, con ese tono que usa cuando quiere que todo se suavice—. No lo dije para generar un problema. Solo lo mencioné porque salió en la conversación. Tal vez fue un malentendido, o…
—¿Un malentendido? ¿Que mi padrastro haya atendido una llamada tuya, te haya dicho que no estaba en el país y que dejes de molestar porque ya había hecho mi vida? ¿Eso te parece un malentendido?
La miro, y me duele. Me duele porque estoy furioso, sí, pero también porque todo esto pudo haber sido diferente. Porque si ella realmente llamó y él le dijo eso, me robaron algo que nunca vamos a recuperar: el tiempo.
—No estoy segura, Cri