MÁS ALLA DE LA CONFIANZA.
Elizabeth se puso tensa. Las manos le temblaban y, aunque intentaba disimular, sabía que Helena no le quitaba los ojos de encima. ¿La había descubierto? El pensamiento la golpeó como una ola helada, y por un instante sintió que todo se desmoronaba.
—¿De qué estás hablando, Helena? —preguntó con la voz quebrada, apenas en un susurro.
La mirada de Helena ardía de rencor. Estaba decidida, y su odio era imposible de disimular.
Xavier permaneció callado. Las palabras de Helena le habían calado, y negó con la cabeza, intentando sacudir la duda.
—Vamos, Helena. No digas estupideces —replicó con firmeza—. Estás alterada por lo de las luchas, pero eso podemos solucionarlo. Puedo encargarte otra cosa, si eso quieres.
Helena soltó una carcajada seca y desequilibrada. Se llevó una mano a la cabeza, incrédula.
—No lo entiendes, ¿verdad? Estás convencido de que esta mujer es lo mejor que te ha pasado. Pero no, Xavier. No lo es, puedo decirte que es lo peor que te ha pasado en la vida, ¡es una maldi