Elizabeth se sobresaltó, completamente sorprendida. Se hizo a un lado y negó con la cabeza.
—¿Qué… qué quieres tú de mí? —preguntó con vacilación. Xavier frunció el ceño, desconcertado ante su reacción.
—Quiero que nos casemos, cariño. Siento que es momento de dar ese gran paso. Siento que nuestra relación ya lo necesita.
Aunque los sentimientos que Elizabeth albergaba por Xavier eran intensos, casarse nunca había estado en sus planes. Tomó aire profundamente y volvió a negar con la cabeza. De inmediato, la expresión de Xavier se endureció.
—¿Qué pasa, Elizabeth? ¿Después de todo… no quieres casarte conmigo? —preguntó con genuina confusión.
Ella apenas tuvo tiempo para pensar en una respuesta. Si le decía que no, él empezaría a sospechar… y entonces todo acabaría para ella.
—Claro… claro que quiero casarme contigo —respondió, forzando una leve sonrisa—. Solo que me has tomado por sorpresa, Xavier. Todo ha pasado tan rápido, yo… —volvió a inhalar—. Sí, quiero casarme contigo.
Xavie