Ni lo pienses
Esa noche al regresar no se sintió segura, en su propia casa, veía con miedo las ventanas, la puerta de la cocina, la principal… parecía que en cualquier momento darían paso a lo extraño y entraría materializado en Lobo aquel peligro que con tanta fuerza quiso convencerse que Kael erradicaría. Escuchó los aullidos de Roan en lo profundo del bosque y como se inquietaba ella también, habían pasado años que no se transformaba, había enterrado a su Loba y la conexión especial que las unía, ahora sólo era un apoyo para su vida humana, en su trabajo, pero ya no salía, ya no vivía.
La noche ya había caído sobre Hartville cuando Roan cruzó los límites del bosque rumbo a los dominios de los Shadow Wolves. Sus pisadas eran silenciosas, pero su mente rugía de preocupación. No había querido alarmar a Lía más de lo necesario, pero lo que había encontrado en las cercanías de su casa no dejaba espacio para la duda: habían estado demasiado cerca. Demasiado… intencional.
Cuando llegó