Una sombra en el pueblo
El sonido de las hojas secas bajo los pasos de Sally rompía el silencio matutino en el jardín. La perra trotaba entre los arbustos con la lengua fuera, feliz de estar al aire libre. Lía la observaba desde el porche, envuelta en una manta y con una taza de café humeante entre las manos. Sus ojos estaban fijos en el horizonte, pero su mente vagaba lejos de allí.
-No sé si estás pensando o simplemente estás perdiendo el tiempo, querida. -Dijo Bonnie de forma cálida desde el interior.
Apareció con una bandeja de panecillos recién horneados y esa sonrisa que siempre parecía saber más de lo que decía. La mujer tenía el cabello blanco recogido en un moño flojo y sus ojos no perdían detalle, ni siquiera detrás de sus gafas de lectura.
-Ambas cosas. -Respondió Lía con una media sonrisa, se dejó mimar por la mujer que le tendió en un plato pequeño dos panecillos advirtiendo que tuviera cuidado con el centro aún caliente.
Bonnie se sentó a su lado en silencio, como hací