James Wolfhound, un joven crecido en un pequeño pueblo comienza a vivir su vida de manera normal hasta que se ve involucrado en una serie de sucesos que definitivamente cambiaran el resto de su vida por completo, sucesos que lo impulsaron a convertirse literalmente en una bestia o un monstruo que busca la redención por los crímenes que en los cambios drásticos de su vida cometió y los consiguientes que no puede parar de cometer. Su historia no es igual a cualquier otra de hombres-lobo, no se trata de un atractivo hombre-lobo enamorándose de una chica caprichosa, tampoco es un hombre-lobo de 500 años. Esta historia muestra el lado oscuro de ser un licántropo hostil en contra de su voluntad como condena. James terminará hundiéndose en un mundo sobrenatural luchando con su culpa y contra otros licántropos persiguiendo el perdón del Castigo de la Luna, puesto por una Diosa llamada Astra.
Leer másLa culpa y remordimiento que sentía James crecía cada noche que pasaba, el arrepentimiento eterno era su castigo y ninguna consolación se dejaba ver.
¿Era posible resistir aquel sufrimiento? El hecho de recordar a su familia, frente a sus ojos fallecer, su ira cegadora y su corazón frío ante aquella situación, le impedía acostumbrarse a lo que en cada noche la brillante luna lo convertía.Las palabras de una voz desconocida y reverberante en su delirante consciencia le decían: "Tus acciones te convirtieron en un monstruo y eso vas a ser por siempre", palabras que, en su cabeza hacían un eco intenso mientras se desvanecía el control sobre su cuerpo transformándose dolorosa e inevitablemente en bestia. Los amaneceres a pesar de que le devolvían su cuerpo humano, no le devolvían ninguna calma debido a que los flashbacks de la noche anterior se hacían presentes sin previo aviso y acompañados de una migraña aguda que seguramente sería muy molesta e imposible de ignorar.
Solo el bosque era testigo de las atrocidades que aquella criatura cometía, las únicas pruebas eran mechones de un pelo negro careciente de brillo, huellas caninas reconocibles por su gran tamaño y fuerza de su pisada en el suelo, la corteza de árboles desgarrados y posiblemente alguna víctima que por mala suerte se encontró en el lugar equivocado y terminó siendo presa de cacería sin ninguna esperanza de escape.
— (¿¡Cuándo terminará, no es suficiente ya!?) — Se preguntaba James dentro de su desesperación.
Pero por supuesto hundido en la soledad nadie podría responderle. Solo aquella voz que lo juzgaba, pero… Quizás se trataba de su propia mente burlándose de él, quizás. Las imágenes de su vida pasada se derramaban en cada gota de lágrima que de sus ojos caía, sin embargo, solo podía seguir adelante y buscar la forma de obtener su redención, tendría que haber alguna manera.
No podía mantener la mirada a los lobos que criaba, de una forma u otra se veía reflejado en ellos y le causaba terror, sin embargo, les tenía muchísimo aprecio y a fin de cuentas solo eran lobos fieles a su naturaleza y eso era algo que James sabía muy bien. Él conocía sus lobos, lo que eran capaces de hacer y lo feroces que podrían volverse, pero solo serían así si él mismo se los ordenaba, el entrenamiento que les brindaba era increíble y la obediencia hacia James era irrefutable, es por ello que no los odiaba, simplemente como era de costumbre ellos hacían caso a lo que se les señalaba… Como ese trágico suceso que dio lugar a aquella maldición llamada El Castigo de la Luna, que cayó sobre James.
Antiguas leyendas hablaban de éstas agresivas bestias, hombres con el poder de transformarse en una especie de lobo con rasgos humanos e inteligentes y que acechaban en los oscuros caminos de los bosques que conectaban los pueblos, aullidos nocturnos y sobretodo los frecuentes secuestros de animales que se daban a media noche. Parecían mitos, pero James lo vivía en carne propia, aunque él, no podía transformarse a voluntad propia ni tampoco hacer frente a los instintos depredadores, violentos y brutales que le dominaban. Se decía que existía alguien que conocía de muy cerca el tema y la única forma de encontrarlo era entrando a una zona en el bosque que era conocida por ser muy peligrosa e inexplorada, nadie sabía con certeza que había dentro o que tan grande era, una zona oscura dónde hace muchos años operaba una capilla que servía de altar hacía la Luna pero que fue corrompida por las sombras y desde ese día existe el miedo al lugar que fue llamado "El bosque Negro", algunos creían que era cierto y otros simples cuentos de terror que alguien inventó, pero la incertidumbre era la única verdad.
Al abrirlo, impecable y majestuosamente se encontraba el Corazón de Astra sobre una almohadilla, finalmente veían con sus propios ojos la mítica piedra robada.— Tenías razón, James. — Mau mira a James con satisfacción.— Adelante, tienes que colocarla sobre el pilar y ver qué pasa. — Comentaba Mau dando un par de pasos hacia atrás.James se colocó delante del pilar y colocó suavemente el Corazón sobre su superficie…Lentamente comenzó a iluminarse y a levantarse sobre el aire a la vez que brotaba a su alrededor una especie de nova, justo como las historias la describía.De un momento a otro el santuario comenzó a moverse, el pilar se deslizó nuevamente a su posición y los escombros a en todo a su alrededor, en el suelo y en sus paredes volvió a su lugar como volviendo a atrás en el tiempo, las
— Responde… ¿Por qué lo has matado? — James desconfiaba.Jake se desangraba y rápidamente moría, la Daga Astra había atravesado su corazón y por las propiedades que esta tenía iba a ser imposible que sobreviviera. Para Jake era el final de su larga ambición, nunca volvería a levantar su cuerpo y apenas en segundos y comenzaba a desvanecerse al igual que lo había hecho Darryl.El ambiente se volvió pacífico, quizás la energía negativa que el Bosque Negro irradiaba por la presencia maligna de seres con intenciones profanas hacía que el entorno fuese más denso.Sobre las cabezas de Mau y James el cielo se coloreaba de un celeste con tonos naranjas simbolizando que el amanecer estaba pronto a llegar.Mau, se transforma nuevamente de regreso en su forma humana, en sus intenciones la batalla que se había extendido durante tod
— Aquí va a pasar algo muy interesante… Lo siento mucho, hermanito… Pero tengo que hacer lo que vine a hacer. — Jake con una leve sonrisa en el rostro sigue avanzando hacia James.— Yo también vine a hacer algo, escuchaste a mi amigo… Además, prometí que devolvería el Corazón de Astra a su verdadera dueña. — James enojado también se acerca en cada paso.— ¡Ha, ha, ha! ¿A quién se lo prometiste, a este charlatán muerto? — Jake termina por soltar una carcajada.— No precisamente, él más bien me estaba ayudando a cumplir esa promesa a la vez que yo lo ayudaba también… Le prometí a la mismísima Diosa de la Luna, Astra. Que le regresaría intacto lo que le pertenecía a su santuario.— Idiota… Esa Diosa inútil ya no tiene poder en esta tierra,
El resto del mundo se opacó en ese momento… Estar en la mira de aquel soldado con el lanzacohetes realmente describía lo que se sentiría estar al borde de la muerte, aunque claro, James realmente no moriría por el lanzacohetes, pero quedaría fuera del combate por al menos un par de horas… Horas que no tenía, en ese tiempo Jake y Mau aprovecharían para hacer de las suyas, además de tenerlo bajo su control si llegaban a derrotar a Leo. Lo cual era probablemente lo que pasaría si peleaban ambos contra él, Leo tenía un aullido poderoso que dejaba conmocionado a cualquiera, sin embargo, no sería suficiente contra la brutalidad de aquellos dos monstruos a los que se enfrentaría.¿Qué iba a pasar entonces? James estaba paralizado por el miedo, no podía moverse aun sabiendo que si no lo hacía iba a ser el final… Aquel soldado acató la orde
Los gritos de dolor, odio, furia, lamentos y desesperación cantaban el coro de la guerra en media del Bosque Negro…Carpas comenzaron a incendiarse y destellos por doquier significaban balas cruzando de lado a lado con letalidad, tanto que ni si quiera fueron solamente las bestias quienes recibieron sus impactos, sino también soldados en la línea de fuego que eran heridos por proyectiles de sus aliados al estar perdiendo su formación.De un momento a otro el caos creció como un tornado arrasando la paz, la rivalidad, ambición, orgullo y necesidad eran protagonistas del conflicto incandescente que se armaba esa terrible noche.— ¡Sargento! A este paso no resistiremos mucho. — Un soldado buscaba alternativas.— De inmediato, quiero que saquen las armas pesadas y comiencen a pelear como se les ha enseñado, es el momento al cual ustedes están destinados. ¡Juntos masac
La cara de terror del granadero realmente reflejaba el fin del mundo, al menos para él. Después de haber estado disparando contra ellos con su lanzagranadas ahora se encontraba en el camino de estampida como venganza.— ¡Sargento! — Gritó el granadero.Pedía auxilio y comenzó a correr de regreso al campamento esperando tener la seguridad y protección de sus compañeros.— ¡Sargento! ¿Qué hacemos? — Soldados pedían indicaciones.El desespero del granadero provocaba pánico profundamente en la situación, de un momento a otro ahora el turno de atacar se lo llevaban los licántropos Jake y Mau.— ¡Disparen, pero tengan cuidado de no apuntar a nuestro soldado! — El Sargento General Román Palacios ordenó señalando hacia el granadero.Los soldados comenzaron a disparar como se lo hab&iacu
Último capítulo