POV : Carttal Azacel
La noche caía como una maldita condena sobre la mansion . El cielo parecía aplastar con su peso, y el aire... el aire estaba cargado. Algo iba a estallar. Lo sabía. Podía sentirlo en los huesos. A lo lejos, los pasos apurados de los empleados me confirmaban lo que ya sabían: era mejor mantenerse fuera de mi camino.
Rechinó el mundo cuando frené de golpe frente a la entrada. Ni esperé a que alguien saliera. Abrí la puerta del auto con furia, bajé, y caminé hacia la mansión como una maldita tormenta. Nadie me miró. Mejor así. No quería ver a nadie. No quería hablar. Solo quería llegar al despacho. Solo quería romper algo. O a alguien.
Atravesé el vestíbulo sin decir palabra, sentía la rabia en la sangre, como ácido. Subí las escaleras con pasos que temblaban de furia y abrí la puerta del despacho de un empujón brutal. La cerré de un portazo, y el eco sonó como una maldición. Sabía lo que iba a hacer. No lo pensé. Solo dejé que saliera.
La lámpara fue la primera. Un