Mundo ficciónIniciar sesiónEl pasillo de urgencias era un mundo aparte. La claridad blanca de las luces fluorescentes se reflejaba en las paredes lisas, casi cegadora, creando un ambiente frío e impersonal. El olor a antiséptico impregnaba el aire, mezclado con un leve aroma metálico que Lorenzo conocía demasiado bien. El olor de la sangre. Al fondo, había un zumbido constante: el ir y venir de pasos apresurados, puertas que se cerraban de golpe, voces llamando a los médicos, el sonido seco de carpetas chocando contra los mostradores. Todo se mezclaba, componiendo una sinfonía caótica que le oprimía el pecho y aceleraba la respiración.
La puerta automática se abrió con un chirrido rápido, y Lorenzo entró casi derrumbándose, como si nada pudiera —o debiera— retrasarlo. Marco venía justo detrás, arrastrándose para alcanzarlo, pero era ev







