Mundo ficciónIniciar sesiónOyó el sonido familiar de pasos en el pasillo. Un leve crujido en el suelo antiguo, seguido de la delicada apertura de la puerta.
—¿Amor…?
La voz de Lorenzo era baja, cargada de preocupación y todavía ronca de sueño. Apareció en el marco de la puerta con el cabello revuelto, el pantalón de chándal oscuro cayendo sobre las caderas, la camiseta blanca de punto cubriendo su cuerpo fuerte. Sus ojos azules estaban entrecerrados, pero atentos. Parecía buscar en ella alguna respuesta que aún no sabía cuál era.
—Todavía estás en la cama… —comentó, caminando hacia ella con pasos lentos—. Pensé que ya habrías bajado con Aurora.







