Mundo ficciónIniciar sesiónMientras la niña se maravillaba con el mundo allá afuera, Isabella se perdió en sus propios pensamientos. La carretera parecía interminable, y cada kilómetro recorrido la alejaba físicamente de Lorenzo, pero no conseguía arrancar del corazón. Era extraño. Dolía, pero al mismo tiempo, era necesario. Necesitaba distancia para respirar, para encontrarse de nuevo.
Cerró los ojos por unos segundos, recordando la mirada de él la noche anterior. Una mirada que decía tanto y, al mismo tiempo, escondía todo.
El coche avanzaba por caminos de tierra batida, rodeados de extensos campos de un verde vivo, donde el viento soplaba libre y el cielo parecía más cercano a la tierra. Isabella sentía el corazón golpear con más fuerza a c







