En los días sucesivos, Ethan y Sienna recibieron cuidados y atenciones de parte del Alfa en su lujosa residencia de Seattle, mientras Le atendía los negocios con Chris en Brown Group, la rubia se encargaba de alimentar adecuadamente al pequeño para ayudar a su sistema inmunológico a recuperarse luego de la última ronda de Quimio.
Era difícil para Ella verlo tan débil, pero día con día recuperaba la alegría y la ilusión infantil que se había apagado en él por culpa de las largas y difíciles estancias en el hospital.
— Mami, no quiero comer eso… — Le dijo un día en el almuerzo mientras movía la cuchara dentro de la sopa — No quiero más sopa, quiero algo rico, mami…
Ethah hizo un puchero y su madre se le quedó mirando.
— Cariño, necesitas comer saludable, ya lo sabes… — Le dijo