Sebastián
El respiro que obtuvimos al legalizar nuestra unión y la paternidad de Isabella fue efímero. La noticia de que Alejandro Doria estaba financiando a Viviana Castro para que apelara su sentencia y ejecutara su venganza fue un golpe directo. El resentimiento del pasado se había convertido en un arma nuclear. Viviana no quería solo la empresa; quería mi destrucción, y Doria le había dado los medios.
—Viviana salió de prisión bajo fianza y se ha fugado —informó Julián, entrando en mi despacho. Su nuevo puesto como Director de Seguridad le había dado un aire de pragmatismo frío.
—¿Fugado? ¿A dónde?
—A Mónaco. Al igual que Elena, está buscando la protección de un paraíso fiscal. Y la está consiguiendo gracias a Doria. Ella es la nueva socia de Doria, la cara pública de su ataque.
—¿Y cuál es su primer movimiento?
—Ha lanzado una campaña mediática global. No está atacando la empresa, sino la legalidad de tu adopción sobre Isabella. Ella argumenta que es un fraude para encubrir la pa